Trabajar es imprescindible para nuestra autoestima y nuestro crecimiento personal. Trabajar nos hace sentir útiles y reconocidos ante los demás. Si además, nuestra actividad laboral nos motiva o gusta, nos proporcionará momentos de felicidad y realización. En cualquier caso, aún siendo una obligación y careciendo de pasión o vocación alguna, podemos enfocar el trabajo hacia cosas positivas. Es decisión de cada trabajador cómo pasar tantas horas empleadas de su vida.