Nomofobia, la patología del Siglo XXI
Cada vez pasamos más tiempo viendo la vida a través de nuestro móvil en vez de prestar atención a lo que nos rodea. Sí, tenemos móvil-dependencia (nomofobia) o adicción al móvil, da igual cómo lo llamemos. Y si aún tienes dudas de ello, prueba a ‘pasar’ del móvil durante 24 horas.
Según un estudio de Nokia, llegamos a mirar el móvil más de 150 veces al día; y la media de las interacciones no supera los 30 segundos. Esto supone que cada cinco minutos o menos consultamos el teléfono aunque no tengamos ninguna notificación nueva. Evidentemente, la nomofobia no incluye que activemos la radio o el reproductor de música, por ejemplo.
Síntomas de la nomofobia
Al igual que otras adicciones, la nomofobia afecta a nuestro descanso, ya sea a la calidad de este o a que nos roba horas de sueño. Asimismo, esto propicia cambios de humor, que llegan a mezclarse con cuadros de ansiedad en caso de no poder mirar el móvil durante un lapso prolongado.
Además, existen otras dos claves que nos ayudan a identificar esta enfermedad: una insana obsesión por las aplicaciones móviles y la imperiosa necesidad de sustituir el terminal por otro más nuevo con diligencia. Precisamente no es un vicio barato.
Es cierto que en muchas ocasiones no podemos darnos el lujo de vivir sin el móvil, especialmente si nuestro trabajo depende de este o de la inmediatez de las redes sociales.
Ahora bien, las excusas para no soltar el móvil se cuentan por cientos, por lo que solo nos queda recurrir a nuestra fuerza de voluntad para superar la adicción. De cara a ello, podemos probar una serie de trucos y consejos para que nuestra más valiosa herramienta no se apodere de nosotros, de los que más queremos y no nos dicte cómo gestionar nuestro tiempo.
Cómo evitar la nomofobia o adicción al teléfono móvil
- Debemos entender el teléfono como una herramienta de trabajo en la medida que sea coherente. Esto significa que al asociar móvil con el trabajo, acabaremos interiorizando nuestra libertad con dejar el móvil de lado. De esta manera, tomaremos consciencia de su uso.
- Es importante planificar los periodos de desconexión con el móvil. Los momentos clave: antes de dormir y el tiempo que pasamos con nuestra pareja o nuestros hijos.
- La comida es un momento de descanso que debe estar ajeno a las interrupciones. Es recomendable dejar el teléfono de lado y no revisar las indicaciones hasta haber acabado de comer.
- Y si tenemos críos, lo ideal es que no gasten todo su tiempo libre con el móvil. Es cierto que las nuevas generaciones tienen al alcance de la mano tecnologías que nosotros ni soñamos de pequeños. Es por ello que dar ejemplo y mostrarles cómo alcanzar un uso responsable puede ser beneficioso para su día a día.
De esta manera, prevenir y combatir los efectos de la nomofobia será un poco más sencillo. Si bien, lo más importante es ser conscientes de lo que estamos haciendo e inquirirnos con sinceridad sobre el uso que damos al smartphone.
No en vano, el reconocimiento es el primer paso a superar cualquier adversidad. Especialmente las que requieren de fuerza de voluntad para mejorar nuestro día a día y nuestra salud.
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