La dioxina y el DL-PCB son compuestos tóxicos que ingresan al cuerpo humano principalmente a través de los alimentos. Se encuentran en muchos de ellos, especialmente en productos grasos animales: limitar su ingesta es muy importante porque la toxicidad de estos contaminantes es un riesgo real.

Las dioxinas son, en esencia, compuestos químicos que se producen durante la combustión. Además de ellos, existen otras sustancias, DL-PCB, que también existen en el medio ambiente. Algunas personas y otras entran básicamente en nuestro organismo a través de los alimentos, y su toxicidad las convierte en una amenaza para la salud. En pequeñas cantidades, pueden provocar trastornos del desarrollo, toxicidad inmunitaria y efectos en el neurodesarrollo… y en grandes cantidades originan problemas más graves, incluso cáncer.

Dioxinas y PCBs, enemigos a combatir

Durante muchos años, estos compuestos de muy diferentes fuentes han sido un problema importante en la seguridad alimentaria.

• Se disuelven bien en grasa y se acumulan en tejidos grasos de animales y humanos.
• Pueden atravesar la placenta y la cáscara del huevo.
• Son estables y muy resistentes a la degradación.
• Han permanecido en el medio ambiente durante muchos años.
• La principal razón de la exposición humana a estos productos es que están presentes en los alimentos que todos comemos.

Años de lucha contra los tóxicos

Es cierto que su concentración se ha reducido respecto a estudios anteriores, pero a pesar de ello, siguen siendo un problema.

• Desde la década de 1980, DL-PCB dejó de producirse.
• La emisión de determinadas dioxinas (como los furanos) está legalmente restringida.
• En Europa, se han establecido límites para estos y otros contaminantes en diferentes categorías de alimentos (Reglamento CE 1881/2006).

¿Dónde hay más dioxinas?

Para entender la situación actual, en la OCU han seleccionado diferentes tipos de alimentos que solemos comer y luego enviamos algunas muestras al laboratorio: en concreto, hay 5 muestras para cada uno de estos 28 productos.

A partir de ahí, se obtienen datos indicativos sobre estas toxinas en algunos alimentos habituales: huevos, lácteos, frutas, cereales, frijoles, carne, pescado, aceite y otras asociaciones en nuestro entorno han conseguido resultados similares.

Aunque no se superó el límite legal bajo ninguna circunstancia, sí que se hallaron vestigios de estas sustancias tóxicas en los alimentos que analizamos. Pero, ¿dónde hay más toxinas?

Riesgo de grasa animal

La ingesta de alimentos grasos de origen animal suele aumentar la ingesta de dioxinas: para evitar este riesgo, es mejor seguir una variedad de dietas con moderación, predominando los alimentos de origen vegetal.

Niños, los más expuestos

Los niños más pequeños son las personas más accesibles debido a su menor peso.

En el estudio de la OCU se calculó la IST, la ingesta semanal tolerable (cuatro variables) (un niño, un adolescente y una mujer adulta y un hombre). Los resultados son preocupantes: según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), un niño de 5 años que pese 21 kg puede superar el nivel de dioxinas tolerable semanal en un 41%. En todos los demás casos, no se alcanza el límite (los adolescentes pueden acercarse al límite), pero está claro que es muy probable que los niños pequeños excedan los niveles permitidos de estos contaminantes. Ante esta situación, y si algún menor presenta síntomas, lo mejor es ponerse en mano de especialistas en derecho al consumo.