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Vida activa

Como cuidar la piel de la cara entre los 40 y 50: rutina facial

Como cuidar la piel de la cara entre los 40 y 50: rutina facial

Con el paso del tiempo, la piel sufre modificaciones y empiezan las primeras preocupaciones por mejorar el estado de la piel y mantener un aspecto más juvenil. No hay una edad concreta en la que haya que empezar a prestar atención al cuidado de la piel del rostro, aunque es cierto que cuanto antes nos la cuidemos, mejor llegaremos a los temidos 40 años. A continuación vamos a ver como hay que cuidar la piel de la cara entre los 40 y 50 años y qué rutinas faciales habría que seguir.

Para llegar a todo ello, antes hay que saber los tipos de piel que existen y saber identificarlos en nosotros mismos.

Tipos de piel

Muchas veces la edad que tenemos puede indicarnos el tipo de nuestra piel, pero muchas otras veces no. Dependiendo de cómo hayas cuidado tu piel a lo largo del tiempo y cuando hayas empezado, puede que tengas una piel más joven con respecto a tu edad. Existen siete tipos de piel:

  • Piel normal. Es el estado de la piel en perfecto equilibrio, no es ni demasiado seca ni demasiado grasa. Cuenta con poros finos, una textura suave y lisa y sin impurezas.
  • Piel grasa. Tiene un aspecto brillante debido a su elevada producción de sebo. La piel grasa se caracteriza por tener poros de gran tamaño perfectamente visibles y tiende a la aparición de impurezas por todo el rostro.
  • Piel seca. Este tipo de piel produce menos sebo que la piel normal. Además, se caracteriza por tener dificultad para retener la humedad de la piel y protegerse frente a agentes externos. La piel seca presenta tirantez y aspereza.
  • Piel mixta. Este tipo de piel, como su nombre indica, muestra características de la piel seca y la grasa. Presenta un aspecto brillante y tiende a desarrollar impurezas en la zona T mientras que las mejillas son más secas o normales.
  • Piel sensible. La piel sensible puede tener varios causantes como la genética, la alergia o factores ambientales. Esta piel a menudo presenta picazón, rojeces, descamación y reacción negativa a determinados productos e ingredientes.
  • Piel con tendencia acneica. Tener una piel propensa al acné no es significado de tener una piel grasa, puede ser perfectamente seca y con tendencia al acné. En este tipo de piel los poros suelen obstruirse con facilidad, propiciando la aparición de espinillas o pústulas. Las pieles con tendencia acneica muestran una piel áspera y desigual con tendencia al enrojecimiento y erupciones.
  • Piel madura. Este tipo de piel se caracteriza principalmente por la aparición de arrugas. La piel madura es una piel con flacidez, manchas oscuras y deshidratada. Una piel madura más hidratada tendrá unas arrugas menos marcadas.

Cómo identificar el tipo de piel

Cómo identificar el tipo de pielEs muy importante saber qué tipo de piel tenemos para poder darle el tratamiento que necesita. Muchas veces nos encontramos ante la disyuntiva de no saber muy bien nuestro tipo de piel. Cada piel tiene sus características y por ello es fundamental saber identificarlas.

El poder identificar nuestro tipo de piel no es tarea fácil, ya que cada piel es un mundo y esta, además, va cambiando a lo largo del tiempo. Dependiendo de factores externos o internos tendremos un determinado tipo de piel u otro. Muchas veces los cambios hormonales o la estación del año en la que estemos influyen en nuestro tipo de piel cambiándola.

Vamos a ver, a través de dos métodos, cómo averiguar el tipo de piel que tenemos:

  • Limpia tu cara utilizando un limpiador suave y sécala. Tras limpiarla, no apliques ningún tipo de crema, tratamiento o maquillaje, déjala desnuda para que respire. Espera 30 minutos y, una vez transcurrido el tiempo, observa las zonas de las mejillas, barbilla, nariz y frente a ver si han aparecido brillos. Si es así, es muy probable que tu piel sea normal o grasa. Si, por el contrario, una vez limpia notas sequedad o tirantez, tendrás una piel seca.
  • Otro método para saber qué tipo de piel tenemos es cogiendo un papel seco y, con él, dar ligeros toquecitos en diferentes áreas de rostro, sobre todo en la zona T (frente, nariz y barbilla) y en las mejillas. Después hay que observar cuanta grasa tiene el papel. Dependiendo de la cantidad de grasa que haya recogido el papel, tendrás una piel: seca, si hay poca o nada de grasa; normal o mixta, si hay un poco de grasa; o una piel grasa, si el papel tienen demasiada grasa.

¿Por qué es importante el cuidado de la piel?

El cuidado de la piel es otro aspecto clave en nuestra salud. Al igual que hacemos ejercicio o comemos de manera más saludable, hay que prestar atención a la piel.

En muchas ocasiones llevar una vida saludable mediante la actividad física y la correcta alimentación, ayuda a conseguir una mejor apariencia de la piel de la cara, pero no es suficiente.

Aspectos como el acné y los granitos, a menudo vienen acompañados de una mala alimentación. Realizando un cambio de hábitos se puede ver una mejoría en la piel.

¿A qué edad se empiezan a usar cremas para pieles maduras?

¿A qué edad se empiezan a usar cremas para pieles maduras?No existe una edad concreta para empezar a utilizar cremas específicas para pieles maduras. Es verdad que cuando se llega a determinada edad y aparecen las primeras arrugas, la mayoría de las personas empieza a prestar atención al cuidado de la piel.

A menudo tendemos a asociar la piel madura a personas de avanzada edad o que están entre los 40 y 50 años. La edad de la piel no siempre va ligada a la edad que tenemos, ya que depende de muchos factores.

Existen personas que por su edad deberían tener una piel madura y, en cambio, tienen una piel más joven porque han estado cuidándosela desde siempre. Además, factores externos como la radiación solar, el tabaco, la contaminación, el clima, las bebidas alcohólicas, la alimentación, el estrés o la falta de sueño, pueden afectar a ese envejecimiento prematuro de la piel del rostro.

Normalmente, se aconseja empezar a cuidar la piel a partir de los 25 o antes. Una vez llegamos a la edad adulta, hay que hacer cambios en la rutina y ver como cuidar la piel de la cara entre los 40 y 50, puesto que es la edad en la que aparecen los primeros signos de envejecimiento. Para ello, habrá que hacer cambios en los tratamientos y en las cremas que utilizamos.

Cómo identificar las necesidades de la piel con 40 o 50 años

Para saber si se tiene una piel madura y cambiar la rutina conforme a ella, hay que evaluar los siguientes cambios en nuestra piel:

  • Comienzas a notar una piel más fina y apagada con un tono uniforme.
  • Aparecen las primeras manchas oscuras por el sol.
  • Perdida de elasticidad.
  • Marcas de expresión y primeras arrugas en la zona de los ojos.

Que ingredientes mirar en una crema antiarrugas

Una vez hemos identificado de manera correcta nuestro tipo de piel hay que comenzar a darle un tratamiento específico. En el cambio de rutina facial de una piel joven a una madura es necesario introducir una buena crema antiarruga.

A la hora de comprar una buena crema antiedad, hay que tener en cuenta sus ingredientes y el porcentaje de estos. Muchas cremas antiarrugas del mercado aseguran combatir el envejecimiento de nuestra piel y en su composición no cuentan con ingredientes básicos para hacerlo.

En primer lugar, hay que decir que la mejor crema antiarruga es un buen protector solar usado a diario. La radiación solar es muy dañina para la piel y es uno de los principales factores de su envejecimiento.

A partir de aquí, los ingredientes que ha de tener una buena crema para pieles maduras son aquellos que hidraten en profundidad y estimulen la producción natural de colágeno y elastina. Esto hará que nuestra piel se vea más lisa y tersa.

Una buena crema hidratante antiarruga tendrá que tener alguno de estos ingredientes: retinol, vitamina C, niacinamida o ácido hialurónico.

Como cuidar la piel madura: rutina facial

Como cuidar la piel madura: rutina facialAl llegar a los 40 o los 50 se tiende a pensar que no es posible lucir una piel bonita e iluminada, pero nada más lejos de la realidad. Con una correcta rutina de cuidado facial adaptada a tu tipo de piel se puede conseguir atenuar las arrugas y recuperar la elasticidad de la piel tanto en mujeres como en hombres.

1-. Suave limpieza facial diaria de día y noche

Utiliza un gel de limpieza suave todos los días tanto por la mañana como por la noche. Si hay maquillaje habrá que realizar una doble limpieza: un aceite o agua micelar y, después, el gel de limpieza. Este paso es fundamental para limpiar la piel de residuos y toxinas.

2-. Contorno de ojos

El contorno de ojos sirve para hidratar la zona de la ojera y protegerla a la hora de poner los serum, ya que estos, están a un pH más bajo y la zona del contorno de ojos es más delicada.

Para disminuir las bolsas hay que mirar que el contorno de ojos tenga cafeína entre sus ingredientes. Dependiendo de si tenemos una ojera más lila o marrón, habrá que mirar unos tipos de ingredientes u otros.

Para una ojera lila el contorno debe tener: Niacinamida, Ginkgo biloba, Vitamina K o E.

Para una ojera marrón: Arbutina, Retinol, Vitamina C o E, Niacinamida, Ácido tranexámico o Liquorice.

3-. Loción hidratante o ácido hialurónico

Entre los 40 y 50 la piel pierde hidratación y es necesario mantenerla hidratante con una buena crema. Las cremas hidratantes deben ser ricas en aceites y ceramidas. Además de ser humectances con ingrediientes como el ácido hialurónico.

4-. Serums

Los serums son unos de los pasos fundamentales, junto a la crema solar, en una rutina para pieles maduras a partir de los 40 y 50 años. Este paso es casi una obligación al llegar a estas edades ya que su mayor concentración de activos penetrran mejor en la piel.

Serum antioxidante Vitamina CUn serum antioxidante por la mañana es imporrtantisimo ya que ayudan a regenerar la función barrera y aportan lípidos e hidratación a la piel. Además, los antioxidantes ayudan a la sintesis de colágeno y elastina. Un buen antioxidante para usar en tu rutina de mañana es la Vitamina C.

Un alto porcentaje de Vitamina C pura crea reservas en nuestra piel y podemos optar por utilizarla una o dos veces por semana. Imprescindible la protección solar después de los antioxidantes. La niacinamida también es un buen antioxidante a utiilizar en dias alternos con la Vitamina C o por la noche.

En la rutina de noche para pieles maduras es importante introducir el retinol. Para incluir este ingrediente en la rutina hay que acostumbrar a la piel. Si no has empezado a utilizar retinol, lo recomendable es hacerlo después del verano.

El retinol puede irritar nuestra piel y por ello es necesario que apliquemos después una loción hidratante. Aunque en un principio irrite nuestra piel, luego nos aporta muchos beneficios como la atenuación de arrugas y manchas mejorando la apariencia de nuestra piel.

5-. Protección solar en la rutina de mañana

El protector solar es un paso no negociable en todas las rutinas de cuidado facial independientemente de la edad. Las radiaciones solares son muy dañinas y el protector solar nos protege de los rayos UVA y evita la aparición de manchas. Además una crema solar utilizada a diario y reaplicándola durante todo el día, es el mejor tratamiento antiarrugas.

Esos serían los pasos a seguir para una correcta rutina de piel diaria tanto para el día como para la noche. A esto habría que añadirle una vez o dos veces por semana una exfoliación química o AHA.

Los AHA son ácidos como el glicólico, el mandélico o el láctico que aportan hidratación en porcentajes bajos y exfolian en porcentajes altos. La exfoliación con estos ácidos es mejor hacerla por la noche, ya que penetran mejor. A la mañana siguiente no hay que olvidar el protector solar, puesto que es fundamental.

Los pasos para aplicar esta exfoliación son: limpieza suave, un AHA en porcentaje alto para exfoliar, déjalo en la piel durante unos minutos, retíralo con agua y luego ponte una mascarilla hidratante o loción.

 

Ana Sanchez

Periodista de vocación. Apasionada por la vida saludable. Amante de los viajes, el deporte y la alimentación. Siempre al tanto de las últimas novedades y animando a los demás a adoptar hábitos de vida saludables.

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